El pasado mes diciembre, el grupo de misiones partió hacia la comunidad de San Francisco Ixtacamaxtitlán, en la sierra del norte del estado de Puebla. El grupo se conformo por 64 misioneros que emprendieron esta gran aventura. Al principio se sentía un ambiente de nerviosismo, intriga pero sobre todo alegría y entusiasmo. Al llegar a la parroquia, los mayordomos de las 16 comunidades dieron la bienvenida con el párroco, celebrando Santa Misa con nosotros.
Al término de la misa, la aventura comenzó y los misioneros se repartieron en sus respectivas comunidades. Cada equipo tenía un objetivo principal: “Id y predicad el evangelio a todo el mundo”. Dentro del itinerario del día, para dar cumplimiento al horario establecido, los coordinadores tenían que cumplir con el visiteo en la comunidad, el catecismo, el rosario y las posadas. Y, en todo momento, dar testimonio vivo del evangelio.
Durante los visiteos, los misioneros tenían que caminar kilómetros para llegar a las casas más lejanas y que el mensaje litúrgico de la navidad se compartiera en todas las familias. En el transcurso de la semana, muchos sentían el cansancio, pero la fe y la esperanza los seguían motivando. Las personas de la comunidad expresaba su generosidad brindándoles los tres alimentos del día, gesto que hemos recibido con gran gratitud.
Se terminaba la semana y con ello esta gran aventura. Con la gracia de Dios se cumplía una misión más en San Francisco Ixtacamaxtitlán. Los misioneros subían al camión y las familias de las comunidades los despedían. Un momento emotivo, pues 64 jóvenes dedicaron 5 días a evangelizar, a dar testimonio de la alegría por la llegada del Salvador. Aún hay mucho por hacer, pero como dijo la santa madre Teresa de Calcuta: “A veces sentimos que lo que hacemos es solo una gota en el mar, pero sin una gota el mar sería menos”. Agradecemos a Dios por esta oportunidad que nos dio para poder servir y hacernos sentir más hermanos.
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